«La ensayística y el periodismo pueden y deben –podemos y debemos– procesar a Mussolini muerto para contrastarlo con el fascismo vivo», dice el autor en el prólogo de este libro. Y esta corta frase, compendia todo el sentido de la obra. Paolo Pavolini sostiene que el fascismo no ha muerto en Italia, y lo demuestra acudiendo al testimonio que le presta una documentación exhaustiva, su conocimiento profundo de la historia contemporánea, su sagacidad periodística. Con todo ello, pone en pie un proceso que «no es tanto contra el mediocre tirano del ventenio fascista, cuando de la Italia entera que de este tirano se hizo lanza y escudo en vida y en muerte». El proceso tiene lugar en Verona, en la misma sala del Caltevlecchio donde tuvo lugar aquel otro proceso contra Ciano. Los jueces son los representantes de los países que combatieron contra el fascismo; los acusadores, los países víctimas de la agresión fascista: Abisinia, España, Yugoslavia, Grecia, y la Resistencia italiana en la persona de Sangiorgi, un personaje de ficción que expresa toda la tensión moral y la pasión antifascista del autor. El resultado, es un análisis despiadado que juzga a la misma Italia. Una operación dolorosa y traumática en la que surgen documentos, revelaciones que aportan nueva luz sobre los hechos, episodios desconocidos y sintomáticos... En suma, un libro esclarecedor, indispensable para comprender la compleja Italia de hoy.
Tapa dura, 441 pág. buen estado. Dopesa, 1976