Con la prosa elegante que la caracteriza, nos ofrece en La buena educación la respuesta a todas esas preguntas. A través de las anécdotas de una familia, la autora reflexiona acerca de la urbanidad, el civismo y la corrccción y deplora la falta de sensibilidad imperante en nuestra sociedad. Aunque su relato está lleno de referencias continuas a personajes, programas de televisión y sucesos de plena actualidad, no clude comparar a las generaciones pasadas con la actual y nos anima a recuperar viejas formas de relacionarnos y a entender los modales son un bien que merece la pena preservar....
Tapa dura, 392 pág. en perfecto estado. Planeta, 2007. 1ª ed.