El autor ubica en Praga al obsesivo barón de Utz, dueño de una fabulosa colección de porcelana de Meis-sen que logró salvar de Hitler y que ahora, hacia 1970, preserva del apetito del régimen comunista. Convencido de que el arte de la porcelana, en su búsqueda de la inmortalidad, se emparenta con la alquimia, guarda las piezas de su colección en un minúsculo piso de dos ha- bitaciones y cree que, en ese microcosmos, la elegancia de la vida cortesana europea queda a salvo de la desintegración y la aculturación totalitarias...
Tapa blanda, 154 pág. en buen estado. Quinteto. 2008