EL DESBARRANCADERO, FERNANDO VALLEJO.
Cuando Carlos salió del cuarto me acerqué a la cama, me senté a su lado y me incliné sobre él: sus ojos suplicantes se cruzaron con los míos por última vez. ¿Qué me quería decir? ¿Que lo ayudara a vivir? ¿O que lo ayudara a morir? A vivir, por supuesto, él nunca quiso morirse...
Tapa blanda, 197 pág. en buen estado. Alfaguara, 2001.